Tras su visita oficial a Perú para revelar la situación de la libertad de expresión en el país, el Relator Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Pedro Vaca Villareal, presentó sus observaciones y conclusiones preliminares.
En la primera visita oficial de la Relatoría Especial a Perú, la Relatoría ha advertido un escenario político y social polarizado, en donde persisten normas y prácticas que impactan negativamente el goce efectivo del derecho a la libertad de expresión.
De acuerdo con el comunicado, "la delegación de la Relatoría Especial pudo percibir un clima de tensión entre el Gobierno, el Congreso y los medios de comunicación, diversas formas de violencia y hostigamiento contra periodistas, así como un profundo desconocimiento sobre cómo tramitar controversias a través de las instancias de auto regulación de la prensa en el Perú". Estos elementos estarían alimentando dinámicas que obstaculizan la creación y difusión de información; el libre y plural debate de ideas; y el escrutinio de la acción pública, todo ello necesario para lograr una democracia sólida y garantista de los derechos fundamentales.
De su observación sobre el estado de la libertad de expresión en Perú, la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión advierte un grave deterioro del debate público, serias limitaciones cotidianas al trabajo de la prensa, un clima de violencia y hostilidad contra periodistas y medios de comunicación, así como intentos constantes de exclusión de los pensamientos distintos, incluso por medio de violencia física.
Asimismo, se advierten en el país una serie de patrones relacionados con serias amenazas a la libertad de expresión y a otros derechos conexos.
En otra parte del documento, se señala que “la Relatoría observa con preocupación el uso excesivo y sistemático de la judicialización criminal y civil sobre discursos de alto interés público, incluyendo importantes sanciones económicas impuestas a periodistas y comunicadores”.
Otro elemento recurrente observado durante la visita al país se relaciona con la opacidad, la falta de acceso a la información y el incremento de obstáculos para acceder a fuentes públicas por parte de periodistas, incluyendo el acceso a espacios físicos, a documentación oficial y a los mismos funcionarios.
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